En el intento de salvar a Macri, el FMI violó su propio estatuto

El aval del Fondo Monetario Internacional a la decisión del Banco Central de vender dólares provistos por el organismo de crédito para frenar la corrida cambiaria representa una violación a su propio estatuto.

Tal como lo puso en evidencia el periodista Alejandro Bercovich, ese estatuto marca de manera taxativa que “ningún país miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital”, que es exactamente lo que está sucediendo en nuestro país.

Sin dudas, el interés de Estados Unidos, verdadero “patrón” del organismo internacional, pasa por sobre todo reglamento a la hora de cumplir con un interés geopolítico superior, como lo es en este caso ayudar a que el gobierno de Mauricio Macri pueda subsistir y aspirar a tener alguna chance de obtener una victoria electoral en octubre.

La “generosidad” del FMI con el gobierno argentino no tiene precedentes en los 75 años de historia del organismo. Si bien los técnicos manifestaron en reiteradas ocasiones su desacuerdo con las licencias que se otorga a nuestro país, las decisiones en última instancia se toman en base a los intereses políticos.

Queda por ver si esta nueva modificación de las políticas cambiarias (la tercera en menos de dos meses) sirve para contener la devaluación que día a día presiona sobre el peso. Lo que está claro es que muchos dólares que se tomaron como deuda volverán a irse como fuga. Pero la deuda quedará. Y el FMI, que hoy autoriza esta estrategia, tarde o temprano exigirá su pago.

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