De militante a abanderada de la represión: ¿cuándo se dio vuelta?

Día a día la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, corre los límites de lo que debería ser una política democrática para el área y sobreactúa políticas basadas pura y exclusivamente en la represión, vulnerando todo tipo de derechos y garantías, y demostrando un notable desprecio por la vida.

Se ha mencionado y comentado hasta el hartazgo esa curiosa involución por parte de quien en las décadas del 70 y del 80 fuera una militante y dirigente popular. Pero la cuestión que en muchas ocasiones no termina de quedar clara es: ¿cuándo se produjo ese cambio?, ¿fue gradual o fue repentino?

En su libro Macristocracia, el periodista Fernando Cibeira hace un sintético repaso por la carrera política de la hoy ministra Rambo, y se pueden identificar allí dos instancias clave de su conversión.

1991: primer gran salto

Una de ellas es cuando, después de haber transitado siempre dentro de los sectores más democráticos y combativos del peronismo, armó junto a Eduardo Varela-Cid en 1991 una lista menemista en la interna del PJ porteño. Ese fue si primer salto importante, en el cual ignoró todas las banderas y la militancia que había desarrollado, que hasta ese momento mostraba cierta coherencia.

Después de eso transitó los 90 en algunas etapas junto a Menem, en otras con Cavallo, con Duhalde y también con Gustavo Béliz, ya francamente alineada con quienes defendían las políticas liberales, pero encuadrada siempre de algún modo dentro de las distintas vertientes del peronismo.

1999: segundo gran salto

Por eso el otro paso disruptivo en su carrera puede marcarse en el momento en que decide alejarse definitivamente del justicialismo para buscar cobijo bajo el ala de Fernando de la Rúa, más precisamente en lo que se denominó el Grupo Sushi, integrado entre otros por Antonio de la Rúa, Darío Lopérfido, Fernando de Santibañes y Hernán Lombardi.

De allí en más, ya poco cambió, pese a los sellos partidarios que abrazó, inventó y reinventó. Así como en aquel gobierno fue el principal rostro del ajuste, con su encendida defensa de la quita del 13% a las jubilaciones, hoy es el principal rostro de la represión necesaria para sostener el ajuste de Macri.

Así como durante 12 años fue férrea opositora a las políticas populares de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, hoy es la justificadora número uno de todas las medidas que toma Mauricio Macri con el objetivo de transferir recursos a las empresas de su familia y amigos.